Quizás los vesos mas oscuros.

Mordido el fruto.

"Y ahora que mordido el fruto queda el hueso,
al diente del deseo , de la carne, de la sangre,
forjando de armadura sueldo ileso
lo que nació del pecho
y del estambre.

Y ahora que mordido el fruto viene el hambre
gimiendo un diente roto y una muesca
rehago su muralla en talla terca
y vuelvo mi respiro impenetrable.

Por contener semilla que me guarda
que quiso mal nacer antes de tiempo
que medio germinado, medio muerto
recoge lo que queda y me aletarga.

Quizás cuando la tierra sea grata
y arados nuevos labren pensamientos
arroje la semilla por el viento
que antes en desierto fuera incauta.

Y esperare la lluvia y el rocío,
esperaré la noche y la mañana,
esperaré la turba y el gentío
cual ruido de la cuna y de la cama.

¿y si no llega el momento que así ansío?
¿y si no viene el sonido que se inhala?
¿y si nada brota y solo hay frio?
la guarde protegida y encerrada.

Mordido el fruto observo duro el mío
y hago como aquel, del hueso una morada
de piedra de madera y azabache
que el hacha que la hiera sea mellada
que roto deje el golpe del martillo
que al filo del cuchillo le haga bache.

Ya he visto lo sembrado
sin destino
quedando polvo y barro
por cultivo

Ya he visto que ni cardo
ni buen trigo
ha sido en tierra y mano
recogido.

Mordido el fruto observo yerto el mío,
y hago como aquel, le tejo una carcasa
de roca de cordel y con remache
que boca que la toca rompa el habla
que roja vuelva lengua de amarillo
que al hilo de tu frio te restalle.

Si vine de flor a fruto,
iré de hueso a semilla,
con una envuelta de luto
donde guardar lo que brilla."

 Rezgo Reis

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